05/03/2024 PTAsturias

Impulsando el cambio hacia un futuro energético sostenible

Celebramos el Día Mundial de la Eficiencia Energética con una entrevista a Carlos García Sánchez, Director de Fundación Asturiana de la Energía

Día Mundial de la Eficiencia Energética.

Con motivo del Día Mundial de la Eficiencia Energética, tenemos el privilegio de conversar con el director general de la Fundación Asturiana de la Energía, cuya labor resulta fundamental en la promoción de prácticas y políticas que impulsan la eficiencia energética en Asturias.

En esta entrevista exploramos su perspectiva sobre los desafíos y oportunidades que surgen en la búsqueda de un futuro energético más sostenible.

 

¿Cuál es la importancia de la eficiencia energética en el contexto actual y cuáles son los principales desafíos que enfrenta Asturias en términos de eficiencia energética?

Como sabemos, existe un principio de la Unión Europea que indica “primero, la eficiencia energética”. Esto ya nos define la importancia que se le da. Es evidente que si queremos luchar contra el cambio climático y la pérdida de la biodiversidad, la energía juega un papel clave y, dentro de este proceso de transición hacia un modelo más sostenible, destaca el concepto de eficiencia energética como primera medida a tomar y, a continuación, tratar que la mayor parte de la demanda de energía que quede proceda de fuentes renovables.

Si nos centramos en Asturias, hemos de tener en cuenta las singularidades que la región presenta en cuanto al consumo de energía final por sectores, donde más del 67% corresponde al industrial. Esto hace que las políticas de mejora energética en la región tengan que tener en cuenta este sector en mayor medida que en otras regiones, en las cuales el mayor peso se da en los sectores difusos como el transporte o el edificatorio.

¿Qué políticas o medidas considera clave para fomentar la eficiencia energética a nivel local y regional?

En primer lugar, hemos de destacar que debido a las características específicas de Asturias, nos hemos dotado de herramientas como la Estrategia de Transición Energética Justa, o la de Acción por el Clima. Ello nos genera un marco de actuación ajustado a la realidad asturiana y que tiene diversas vertientes entre las que podemos destacar lo relativo a mejoras energéticas y medioambientales y aquellas que tienen que ver con la creación de cadenas de valor industriales asociadas a estos procesos.

Para ello se han habilitado, por ejemplo, fondos públicos que favorecen este proceso de descarbonización, desde aquellos que llegan a través del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR), los Fondos de Transición Justa o incluso los que provienen del presupuesto regional. Estos recursos económicos suponen una ayuda a la inversión en proyectos que fomentan la eficiencia energética.

Otro elemento clave es la concienciación. En un contexto de precios energéticos elevados es más sencillo que ciudadanos y empresas tengan una motivación clara para realizar acciones para reducir su consumo de energía. Así hemos visto como se incrementaron las consultas para conocer y aplicar tecnologías de mayor eficiencia en iluminación o climatización y para realizar instalaciones de producción fotovoltaica que permitan no solamente ser consumidores sino productores de energía eléctrica.

Pero la concienciación tiene que venir no solamente por aspectos económicos, lógicamente muy importantes en la toma de decisiones de empresas y particulares, sino también por otros elementos más intangibles como los medioambientales. Por eso entendemos que hemos de explicar adecuadamente estos beneficios, que nos afectan como sociedad e implicar a todos los colectivos, particularmente a los más jóvenes.

 

¿Qué proyectos o iniciativas ha liderado la Fundación Asturiana de la Energía para promover la eficiencia energética en la región?

Me gustaría destacar tres elementos. El primero, el apoyo que estamos prestando a municipios, fundamentalmente pequeños y medianos, para que desarrollen proyectos de mejora energética y puedan acceder a los fondos habilitados para ello. Les estamos acompañando en todo ese proceso.

El segundo tiene que ver con la captación de fondos europeos para trabajar en este campo. En este sentido, podríamos citar el proyecto REGIO1ST, centrado en desarrollar proyectos piloto sobre eficiencia energética, el proyecto JUSTEM, que está llevando a cabo acciones dirigidas a combatir la pobreza energética o el i-nergy, donde se combinan aspectos como la inteligencia artificial y energía. Actualmente disponemos de 8 proyectos europeos en campos muy diversos con el nexo común de favorecer un modelo energético más sostenible.

Y el tercero tiene que ver con todas las actividades de difusión y sensibilización que estamos desarrollando. Trabajamos con colegios, institutos o la Universidad de Oviedo para alcanzar al público más joven. Hemos lanzado también una campaña centrada en el proceso de transición ecológica con acciones novedosas como un pedaleo solidario en 10 municipios. Y ahora estamos implicados en el desarrollo de lo que se denomina oficinas de transformación comunitaria (OTCs), centradas en la creación de comunidades energéticas.

No obstante, además de estas labores, coordinamos diferentes mesas de trabajo con empresas y otras entidades para la creación y fortalecimiento de cadenas de valor asociadas a este proceso de transformación en el que estamos embarcados. Fruto de esta iniciativa se generan cooperaciones público-privadas que creemos de gran interés para generar actividad económica y empleo en los distintos sectores productivos.

 

¿Cuál es el papel de las empresas y la industria en la transición hacia un modelo energético más eficiente?

Como antes señalaba, la industria es responsable de más de dos terceras partes del consumo de energía final regional y, por tanto, si queremos avanzar hacia un modelo descarbonizado lo hemos de hacer aplicando medidas de mejora en ese sector.

Creemos que los avances tecnológicos, unidos a la existencia de fondos públicos específicos, en muchos casos con financiación de la inversión a fondo perdido, están permitiendo que las empresas se impliquen en este cambio. Vemos proyectos en esta línea que pueden ser tractores y con grandes beneficios medioambientales, además de permitir una mejora de la competitividad empresarial por reducción de costes energéticos. En este punto, es importante indicar la gran dependencia que algunas empresas y subsectores industriales tienen de dichos costes no solo para competir sino para subsistir. Es ahí donde tenemos que trabajar conjuntamente y conseguir aunar energía, medioambiente y economía para que el esfuerzo por ser más sostenible no implique externalidades negativas.

 

Yendo un poco más a lo concreto, el Parque Tecnológico de Asturias alberga actualmente dos instalaciones fotovoltaicas

Ambas están ubicadas en la parcela 53 adscrita al IDEPA y construidas, operadas y mantenidas por FAEN.

  • La central fotovoltaica conectada a la red integrada por un sistema de seguimiento solar a dos ejes que recupera los costes de la instalación mediante la venta a red de la electricidad generada.
  • La instalación ESVA (Electricidad Solar para Vehículos Automóviles) combina un punto de recarga para vehículos eléctricos con un seguidor fotovoltaico plegable, cuya electricidad es acumulada en baterías, siendo capaz de suministrar la energía precisa sin necesidad de conectarse a la red.

 

Aunque ambas instalaciones comparten la raíz tecnológica, el aprovechamiento fotovoltaico, y el objetivo principal de ser demostradoras de dicha tecnología, son distintas en cuanto a lo que pretendíamos en su funcionamiento.

La conectada a red es una instalación con doble seguidor, de 5 kW que nos permite conocer el comportamiento real, la producción obtenida y las horas equivalente que podemos esperar, lo cual es útil para dimensionar adecuadamente otras instalaciones utilizando datos reales. Además, se ha conseguido producir unos 87.000 kWh, y evitar unas emisiones de 63,36 tCO2eq, considerando el factor de emisiones del mix eléctrico en Asturias.

La instalación ESVA tiene un contenido más pedagógico y demostrador. El objetivo en este caso era mostrar como se pueden aunar la producción eléctrica y el uso de lo generado en la recarga de vehículos eléctricos. Se trata de una instalación de 2,3 kW de potencia, con acumulación de baterías de 30 kWh. La producción anual ronda los 3.000 kWh, lo que permitiría, por ejemplo, más de 20.000 km recorridos con un vehículo eléctrico con una energía 100% renovable.

 

¿Cuáles son las principales ventajas del autoconsumo energético para las zonas industriales?

Aunque quizá el mayor despliegue del autoconsumo se está produciendo en el sector residencial y en el terciario, desde FAEN entendemos que el sector industrial y particularmente los polígonos y zonas industriales presentan condiciones muy favorables para la puesta en marcha de instalaciones de autoconsumo energético, en concreto eléctrico individual o colectivo.

Conseguiríamos así maximizar la producción utilizando cubiertas de naves industriales o zonas en suelo comunes o particulares, permitiendo además que aquellos consumidores con menos espacio para la instalación de paneles fotovoltaicos puedan aprovecharse también de esta tecnología.

Los beneficios son claros en términos económicos, al abaratar su factura eléctrica. También a nivel de territorio en cuanto a aspectos medioambientales e incluso, algo más intangible como es mejorar la imagen y la percepción que se tiene de la actividad industrial y su responsabilidad social individual y colectiva.

 

¿Qué avances tecnológicos o innovaciones se esperan en los próximos años?

Estamos en un momento donde se dan la mano dos transformaciones, como son la energética/ecológica y la digital. Atendiendo a esta realidad, vemos como cada vez se incorporan más elementos que conjugan ambas, como todo lo que tiene que ver con el análisis big data y la inteligencia artificial en la optimización (también energética) de los sistemas productores y consumidores de energía, automatizando procesos de una manera eficiente.

Pero veremos también nuevos desarrollos en materia de almacenamiento energético, tan necesario a medida que se incrementa la producción con fuentes renovables no gestionables, en la producción de gases renovables como el hidrógeno o el biometano o en la tecnología de captura, almacenamiento y uso del CO2.

La innovación no solo se dará en la tecnología sino también en la generación de nuevos modelos de negocio, como ya se está viendo en la movilidad de personas y mercancías, por ejemplo.

Muchos retos que hemos de convertir en oportunidades y éstas en proyectos a ejecutar que generen actividad económica, empleo de calidad y, en definitiva, un modelo de sociedad más sostenible y justo con los territorios y las personas.

Desde FAEN tratamos de aportar nuestro granito de arena a la consecución de estos objetivos.

Parque Tecnológico
de Asturias

Edificio IDEPA
33428 Llanera
Asturias

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